La mujer, los orgasmos y el amor

FEMINIDAD, IDENTIFICACION Y “GOCE EXTASICO”
Cuando una mujer accede al goce propio de la feminidad, éste “la sobrepasa, la aniquila como sujeto”, lo cual “implica un efecto de angustia”: en busca de esa identificación perdida, pide ser amada.

Por ROLANDO KAROTHY *

Desde el punto de vista de la inserción social, las mujeres en general no han tenido un papel relevante, salvo paulatinamente en los últimos tiempos. Sin embargo, sabemos que ellas encontraron una compensación en otro poder, que es el poder familiar, donde funcionaron en el lugar de la madre. Esto puede y podía marchar, siempre y cuando una madre no sea toda para sus hijos y conserve algo de la dimensión femenina en relación con un hombre, para el cual puede existir, entonces, como causa de deseo.

El poder materno no es lo mismo que el poder femenino. En Italia se hizo hace pocos años una estadística en la cual se comprobó que casi el 44 por ciento de los matrimonios viven a menos de un kilómetro de la casa de la madre de uno de los cónyuges, cerca del 12 por ciento viven en la misma casa y el 4 por ciento en la misma habitación. Se constata que, para muchos, aun casados no es fácil separarse de la madre.

Freud percibió este problema. Cuando se le planteaban críticas no sólo desde las analistas mujeres, sino también desde el movimiento feminista, se encontraba con la siguiente cuestión: si la diferencia sexual depende del posicionamiento respecto del complejo de castración, si es relativa a la problemática del falo, entonces la envidia del pene en la niña es el punto de partida de una deducción que permitiría captar qué es la mujer. La niña se define a partir de una privación fálica en relación con el varón. Es así como resulta que Freud concibe a la niña, y a partir de ahí a la mujer, como un varón en menos. Por eso las tres alternativas de la feminidad que plantea en los clásicos trabajos sobre ese tema, lo llevan a plantear que una mujer puede apartarse de la sexualidad, desplegar el llamado complejo de masculinidad o –tercer camino que parece ser el “normal”– la maternidad.

Al seguir la lógica precisa de su discurso, Freud se encontró con un problema que él mismo percibía como una dificultad, pero sin embargo era la conclusión de su razonamiento. Me refiero a la identificación de lo femenino con la maternidad. Pero hay muchas mujeres que no desean tener un hijo y no dejan por eso de ser femeninas, y por otro lado hay muchas mujeres que desean tener un hijo e incluso lo tienen y que, sin embargo, no por eso se ubican del lado de la feminidad. No es posible resolver este callejón sin salida si nos quedamos solamente con la deducción freudiana.

¿Qué sucede si no deducimos a la mujer de la niña, y a la niña de la posición fálica del varón? Se podría definir lo femenino (no decimos ahora “las mujeres”) a partir de algo distinto de la argumentación sostenida por el maestro vienés.

La diferencia entre lo masculino y lo femenino a partir de las características de un goce diferencial permite también introducir una precisión mayor a una captación de Freud, quien decía que las mujeres, más que amar, desean ser amadas. Esta exigencia de las mujeres respecto del amor, esta ligazón al amor de un hombre, no encuentra una explicación muy satisfactoria en la argumentación freudiana.

En la posición femenina hay un goce que, a quien lo padece, lo sobrepasa. Ser sobrepasado por un goce es algo diferente de carecer de pene. Porque carecer de pene es un “menos”; en cambio, ser sobrepasado por un goce es un “más”. De todos modos, la cuestión no es sólo aritmética, cambiar un “menos” por un “más”. Lo principal es que, cuando se analiza la cuestión desde la perspectiva del goce, se advierte que no es posible considerar lo femenino a partir de una carencia, por un déficit respecto de lo masculino, es decir una privación fálica, sino que lo debemos definir por la presencia de un “más”, por un goce que sobrepasa. Todo consiste ahora en definir qué quiere decir este “más”. El “más” de goce, es decir el goce extásico que sobrepasa, implica un “menos” de identidad, un arrasamiento subjetivo.

El goce fálico, en cambio, tiene como modelo un ciclo, es decir, una localización corporal: la erección del pene, el orgasmo y la detumescencia. Pero además tiene otras características: la posibilidad de la medida, del cálculo y de la exhibición. El hecho de ser un ciclo que se localiza, se exhibe, se calcula y se mide y que así pone sobre el tapete todos los juegos de la prestancia fálica, implica que se trata de una dimensión identificante, es decir, de la posibilidad de lograr una identificación masculina a partir de la puesta en juego del goce fálico.

Si los hombres, cuando se reúnen, en general no hablan, como las mujeres, de sus hijos o de sus amores, sino de con cuántas mujeres salen o cuántos orgasmos han tenido o cuántos goles hizo su equipo favorito –lo que es más o menos lo mismo–, esto significa que la puesta en juego del goce fálico funciona en términos de una unidad de medida, de un goce que se puede calcular y mostrar.

El semblante fálico, la apariencia o presentación fálica, encuentra su límite cuando existe la impotencia, y por eso, cuando los hombres la padecen, acusan recibo de esa falla; en cambio, cuando una mujer es afectada por la frigidez, muchas veces no le produce nada muy especial, pues para ella la identificación femenina no se juega a partir de la cantidad de sus orgasmos, de aquello que implica la medida, la contabilización o la exhibición.

El goce fálico funciona como una performance: se lo cuenta, se lo acumula, se lo exhibe, es del orden del tener, lo cual puede otorgar la dimensión del ser que semblantea, que se hace aparente en el falo. Por eso el goce fálico es un goce inherente al narcisismo sexual. Si bien ese goce no es voluntario, porque el pene no se educa por la voluntad, se lo pone en la cuenta del sujeto; quiere decir que es un goce subjetivante, identificante. La posesión de las mujeres, del dinero, de los objetos, entra en la misma serie que otorga, entonces, identificación fálica. Se lo pone en la cuenta del sujeto porque ahí se reconoce, apropiándose de esa dimensión del tener que le permite semblantear el ser, le permite presentarse bajo la apariencia del ser.

En cambio, el goce femenino no se pone en la cuenta del sujeto. El goce estrictamente femenino, que Lacan define como “no-todo fálico”, no queda subsumido en la dimensión fálica, destituye al sujeto, lo sobrepasa, no le permite identificarse, y en este sentido el goce femenino redobla para las mujeres el fading, el desvanecimiento del sujeto respecto del objeto. Si las mujeres soportan mejor la frigidez que los hombres la impotencia, ello indica que no identifican la feminidad a través del número de sus orgasmos. Más aún, cuando una mujer no es frígida, esos orgasmos no impiden que ella dude de ser una verdadera mujer.

Se percibe que la deducción lacaniana es diferente de la deducción freudiana. Y esto nos permite entender un poco más cuál es el lugar del amor en la posición femenina. La exigencia, la demanda que sostienen las interminables quejas femeninas deriva, en parte, de la existencia de este goce: ahí donde el goce femenino no identifica, una mujer se esfuerza por lograr la identificación a través del amor de un hombre.

Dicho de otra manera, como el goce no la identifica sino que la sobrepasa, la aniquila como sujeto, para alguien en posición femenina vale más la idea que está reflejada en el idioma francés cuando define al orgasmo como una petite mort, una pequeña muerte, en el sentido de que para una mujer, si es que efectivamente está puesto en juego, ese goce la sobrepasa. Esto implica inevitablemente un fuerte efecto de angustia, ya que la angustia concierne al peligro de pasar de la posición de sujeto a la de objeto.

Toda mujer que está padeciendo ese goce extásico que la pone fuera de sí, con ese aire de extravío, exige el privilegio de ser amada. Porque el amor, en cambio, identifica. Pero exige el ser amada con una particularidad: ser amada como la única. Es decir: espera que el amor de un hombre le dé valor fálico. El valor fálico es identificante y eso es lo que no logra con el goce que la sobrepasa. Por eso, una mujer va a estar siempre asociada con este factor identificante derivado del “de”: ser “la mujer de”, “la amante de”, “la musa de”...

*Fragmento del prólogo al libro Escritura y psicoanálisis, de María Isabel Pazos de Winograd, que distribuye en estos días Ediciones del Candil.
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ORIGENES DE LA MODA DE LA DELGADEZ










El trajecito que inventó Coco Chanel
Por Elina Matoso *


La extrema delgadez del cuerpo femenino como ideal de belleza y su imposición como patrón de la moda se vincula con un acto creador y visionario de Coco Chanel. A partir de una imagen corporal transformada por el hambre, que evidenciaba los estragos de la Primera Guerra Mundial, potenciados por la Segunda, ella logró imponer esas figuras desnutridas como modelos estéticos.

Vale la pena recordar la historia de esa mujer: víctima de una infancia marcada por el abandono, desnutrida –nació en un hospicio–, llegó de chica a casa de unas tías, que le enseñaron a coser. En 1905, cuando tenía 22 años, decidió convertirse en cantante de cabaret. Los distintos caballeros que la mantenían le decían Coco, mascota. En 1920 abrió en París la casa Chanel. Empezó a codearse con artistas y hombres adinerados, amores pasajeros. A partir de esos comienzos, nacerá el mito Chanel, como aquella mujer que no sólo impone una imagen de cuerpo femenino, sino que aprovecha las circunstancias sociales, las nacientes revindicaciones feministas, y penetra por la rajadura que dejó la guerra; frente a hombres mutilados, heridos y tambaleantes en la construcción de su nueva imagen de poder, construye un nuevo cuerpo femenino, parecido al del hombre y en condiciones de competir con él.

Chanel creó un diseño de ropa que se hizo universal: el trajecito; emblema, máscara femenina de toda reunión política, académica, de negocios; tarjeta de presentación de las mujeres de hoy, pasaporte al mundo laboral. Azafatas, empleadas, bancarias, profesoras, abogadas, escribanas, enfermeras, diputadas, policías, periodistas, presidentas: mujeres y mujeres enmascaradas en trajecitos Coco.

Cuerpo chato; pechos sin marcar; pollera recta sin destacar caderas; cuellos de camisas sobre solapas de saquitos oscuros. Cuerpos asexuados pero con detalles atribuibles a “lo femenino”, un fino collar, una delicada pulsera. La mujer descarta un cuerpo con sus redondeces a cambio de un lugar ejecutivo; compra delgadez –residuo de la escasez y del hambre– a cambio de que se borren los rasgos asociables con roles de segundo orden, los del ama de casa, de la vedette, de la reproductora de crías, en fin, desaliños que desentonarían con el largo de las uñas, el maquillaje a tono con el traje, los zapatos y carteras portafolio.

Las industrias de la ropa, la cosmética y la publicidad dan forma a un cuerpo femenino que, como la mítica tienda del Bon Marché, presenta en sus vidrieras la imagen típica de la mujer de clase media actual.

La moda siempre es de clase social y acceder a ella tiene un precio alto, no sólo económico: psicológico, físico, social. De allí la importancia que adquieren las marcas. Las marcas de los productos de moda son una forma de sellar el cuerpo como se marca el ganado: se pertenece a ese dueño, diseñador, estilista, fabricante; el nombre suele ser la cara visible de las grandes empresas multinacionales.

Así, en la posguerra, el cuerpo local, que era propio de cada comunidad, pasa a ser un cuerpo en acción y se constituye en un modelo de identidad capitalina, cosmopolita y “universal”. Aquellos cuerpos de los campos de concentración, los cuerpos de los sobrevivientes hambrientos, quedan frente a frente con los nuevos cuerpos de la moda, maniquíes vivos y muertos. Es el mismo cuerpo que, víctima de la desnutrición, de las guerras, la violencia y la desocupación, expone y esconde su delgadez de miseria frente al otro que deslumbra y enorgullece en las pasarelas. Máscaras de muerte, espejo de una sociedad que destruye el cuerpo. Se le asigna un valor a la vida: hay cuerpos delgados que no valen nada y hay cuerpos transparentes que se cotizan en millones. Burguesía, delgadez, marca son las monedas con que se comercia la feminidad del siglo.

El trajecito es un símbolo; a partir de allí, siempre sobre el mismo molde, se derivan otros looks, diseños más etéreos, románticos, deportivos, sofisticados o brillosos, pero con el común denominador de una imagen corporal sin formas, que resalta ausencias o esconde presencias.

La imagen corporal es la representación que hace comunicable el cuerpo en cada cultura. Cada sociedad construye un modelo cultural de cuerpo que la refleja. La pregunta es: a partir de los grandes cambios sociales ocurridos en el siglo XX, ¿se puede reconstruir otra imagen que nos represente como cuerpo social o, por el contrario, se han intensificado y siguen siendo válidos los modelos que fueron punto de partida?

Reconstruir otra imagen corporal implicaría definir otros cánones sociales, replantear el lugar del placer, el rendimiento, la discriminación, el sacrificio; construir una corporeidad que cuestione lo que oculta y lo que muestra –el relleno, el inyectarse, el “producirse”, la cirugía–. Incorporar al mercado otros cuerpos, si bien en apariencia podría ser redituable, soltaría amarras a un sujeto muy bien maniatado, que promociona lolas y nalgas pero no libera manos ni pies ni miradas. El cuerpo desatado es peligroso, es “un arma en potencia”, dice Jean-Luc Godard en su película Nuestra música. Esa otra corporeidad no sólo resignificaría estéticas, sino que podría hacer vacilar reglas de juego muy bien construidas por la sociedad en que vivimos.

Las políticas de los Estados consumen cuerpos, pero carecen de él, y desde allí producen saberes, conocimiento; el cuerpo es la leña para mantener encendido el fuego del mercado. Si fuera posible pensar otro mapa anatómico político-social, donde el cuerpo no fuese objeto de devoración sino productor de saberes, el pensamiento podría sostenerse en otra carnalidad. Tal vez así la delgadez extrema dejaría de alimentar modelos pasados de moda para dar lugar a otros cuerpos.

* Profesora titular en la carrera de Artes de la UBA. Directora del Instituto de la Máscara. Extractado del trabajo “Cuando la delgadez es negocio”.


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Antes era "no me come"; ahora, "no me duerme"

Un frecuente motivo de consulta: el sueño del bebe preocupa cada vez más a los padres.

"¡No damos más! Haga algo, por favor..." Esta súplica angustiada, producto del agotamiento y la desesperación, no es inusual en el consultorio de la doctora Marisa Gandsas, pediatra del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Agobiados por las obligaciones laborales crecientes, la falta de tiempo y las naturales dificultades que entraña la vida familiar, no es raro que la resistencia de muchos padres flaquee cuando hasta sus más inspiradas estrategias fallan a la hora de hacer dormir al bebe.

Y si esta tarea ancestral siempre tuvo sus bemoles, la incorporación de la mujer al mercado del trabajo fuera de la casa parece haber empeorado la situación y multiplicado las noches al pie de la cuna, hasta convertir el sueño infantil en una verdadera pesadilla. "Las quejas de los padres pasaron del «no me come» al «no me duerme» -asegura Gandsas-. Crecieron mucho las consultas de los papás de bebes de entre cero y dos años. Un poco menos, las de los que tienen chiquitos de entre 2 y 5 años. Se enfrentan con que sus chicos se despiertan mucho de noche, con que no los pueden sacar de la cama matrimonial..."

Luciana Carabelli, de 28 años, está cada vez más delgada. Desde que nació su bebe, hace nueve meses, no durmió una noche entera. "Con suerte, se despierta dos veces -afirma-. Hasta que tuvo cinco meses, creíamos que se quedaba con hambre, pero ahora come un montón... No podemos explicarnos qué pasa. Se para en la cuna y llora, y eso que siempre durmió solito. Es más: si lo duermo en mi cama, se despierta igual. Ya ensayamos de todo. Me estoy volviendo loca. ¡Hasta consulté con un psicólogo de niños! También le preguntamos al pediatra, pero le da cero importancia: nos dijo que su hijo no durmió hasta que cumplió los dos años..."

Los pediatras no piensan que haya más trastornos del sueño en los chicos, pero coinciden en que la modernidad no ayuda. El doctor Carlos Fustiñana, jefe de neonatología del Hospital Italiano, opina que existe una mayor queja de parte de los padres. "No existe una epidemia de insomnio [infantil]", dice.

"Un niño termina de formar la estructura del sueño al tercer mes de vida -explica-. Pero como a los 45 días las mamás que trabajan deben retomar sus ocupaciones, me parece que hay una mayor intolerancia a la fisiología normal del sueño del bebe. Eso está relacionado con la profesionalización de la mujer; es decir, que se da más entre las profesionales que entre las mamás que son amas de casa a la antigua."

Una hipótesis que también suscribe la doctora Mirta Averbuch, directora del Centro de Medicina del Sueño Somnos y coautora de Recetas para dormir bien : "Efectivamente -dice-, hay más quejas de los papás, pero no porque los bebes duerman peor, sino por la suma de varios factores: la mayoría de las parejas deciden tener su primer hijo después de los 30 años y tienen menos paciencia; en general, ambos trabajan y tienen su actividad que deben compatibilizar, lo que no es sencillo porque un bebe necesita tiempo para que su sueño madure".

Entre las consultas más frecuentes que recibe el equipo de Averbuch están los despertares nocturnos del bebe. "La pareja está cansada -agrega-. Lo único que desean es dormir de noche. La fórmula cansancio acumulado más molestias puerperales, más llanto del bebe, más atención cada 3 o 4 horas, más la imposibilidad de dormir 7 horas seguidas es igual a somnolencia, irritación y descontrol de la mamá."

Bárbara Tamagnini, de 28 años, tuvo a Facundo hace 29 días y se encontró con que le gusta más dormir de día que de noche. "Apenas «tira» 2 o 3 horitas -se lamenta-; se despierta unas cuatro veces por noche y quiere upa." Aunque el médico le explicó que Facundito tiene que madurar para empezar a "acomodarse" y ella comprende que tendrá que adaptarse a los cambios, se angustia igual: "A veces uno está tan cansado que cree que no va a poder más."

Gandsas sostiene que también ocurre que frecuentemente los padres tienen una idea diferente de lo que es el sueño de un recién nacido y que cuando se enfrentan con la realidad, la cosa cambiaba. En su libro El pícaro sueño , que el próximo miércoles a las 18.30 se presenta en Capítulo Dos, Alto Palermo, la especialista pasa revista a las distintas etapas del desarrollo infantil; recuerda sus dificultades como madre de tres chicos; comenta experiencias de su práctica pediátrica y ofrece consejos para que el agua no llegue al río.

"El dormir de los bebes es diferente del de los adultos -afirma-. Tiene reglas propias que deben tenerse en cuenta. No es un proceso uniforme, sino que va madurando, desde el sueño fetal hasta la primera infancia. La forma en que se adapta al medio que lo rodea, su maduración cerebral y el aprendizaje de rutinas familiares que para el bebe son una novedad influyen en estas etapas. Por otro lado, hay bebes que necesitan dormir menos. Pero también tiene mucho que ver la rutina del día. No es lo mismo el bebe que cena todos los días a la misma hora que el que no tiene horarios para comer, bañarse e irse a la cuna. Hay padres muy acelerados y los chicos imitan la cultura de los papás..."

Fustiñana dice que los que tienen cada vez más problemas de sueño son los padres. Por eso, les recomienda a las mamás que duerman una siesta: "Los chicos necesitan tener contacto vincular con la madre y el padre, y si uno está exhausto, es muy probable que lo sienta como una agresión".

Para la doctora María Elena Mazzola, coordinadora del Laboratorio de Sueño y Vigilia de la sede Escobar de Fleni, lo que más inquieta a los padres es que el bebe llora demasiado, que no se duerme si queda solo o que se despierta varias veces por noche. Entre los errores más comunes están darles la mamadera, el pecho o acunarlos antes de dormir, y llevarlos a la cuna después de pasar varias horas en la cama de los padres.

"Hay que tener en cuenta que todo lo que se haga antes de los 6 meses no tendrá un efecto demasiado dramático en sus patrones de sueño, así que se lo puede malcriar bastante", subraya Mazzola. Y aclara que un chico nacido a término y sano, ya cerca de los 2 meses debería poder dormir sin pausas nocturnas y en una habitación separada. "Lo ideal es que los padres coloquen al bebe somnoliento en la cuna y se retiren de la habitación para que se duerma solo."

A partir de los 8 meses, lo más aconsejable es darle al bebe un peluche, almohada o muñeco que lo acompañe durante todo el día. "De alguna manera, representa la figura materna y le servirá como objeto de transición -explica Mazzola-. Le dará consuelo cuando esté angustiado."
Gandsas aconseja que el bebe pueda dormir durante el día en cualquier parte de la casa. Es el método que adoptó Diego Ithurburu, de 33 años, papá de María Victoria, de 2 años y medio, y Mía Guadalupe, de 6 meses: "Las acostumbramos a dormir en cualquier parte, con ruido y todo -cuenta-. A Vicky, cuando era más chiquita, si se despertaba llorando, la levantábamos un ratito y después la dejábamos. Le gusta dormir en su cama."

Analía Pazos, de 31 años, tiene un bebe de 5 meses. "Duerme toda la noche, gracias a Dios", exclama. Para ella, el éxito depende en un 50% de los padres y en otro 50% del temperamento propio del bebe. "Nosotros tratamos de que lo rodee un ambiente muy tranquilo, y pareciera que él también es así. Lo mejor, a la noche, es bajar los decibeles. Después de comer y del baño, hacerle un masaje o cantarle, y acostarlo medio "borrachito" va a rezongar, pero ahí es donde es el adulto el que toma la posta. Creando hábitos, siendo pacientes y no claudicando ante los primeros intentos, cada familia podrá encontrar la mejor manera de hacer dormir a su hijo."

Por Nora Bär y Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION

Consejos para dormirlo

• Luego de darle de mamar y de unos mimos, acostarlo semidormido, medio "borrachito", y que él solo aprenda a dormirse percibiendo su entorno.

• Si le cuesta quedarse solo, acunar el moisés o darle palmaditas al bebe a un ritmo constante.

• Si el llanto persiste, tomarlo en brazos hasta que se tranquilice y luego volver a ponerlo en su cuna.

• Cuando es más grande, enseñar a relajarse.

• Es efectivo masajearlo con aceite para bebes después del baño caliente.

• Marcar el comienzo de la hora de dormir con una música suave.

• Si todo esto no da resultado, habrá que revisar las actividades diarias de la mamá y el bebe con el pediatra.


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El arte de relacionarse bien con los demás

¿Quién no conoce a alguien que cae bien a todo el mundo y que se muestra siempre tolerante y no hiere a nadie a pesar de que acostumbra decir lo que piensa?. Además, esta persona admirada por casi todos resulta sensata, convincente y persuasiva sin por ello pecar de autoritarismo ni mostrar indiferencia ante las opiniones o emociones de los demás.

Estos superdotados de las relaciones humanas despiertan nuestra envidia y a veces nos gustaría imitarles, pero no sabemos hacerlo: o nos quedamos cortos, y pecamos de blandos, o nos pasamos y resultamos excesivamente duros. Algunos afortunados tienen estas habilidades sociales de forma natural, casi innata, y las aplican cotidianamente sin esfuerzo alguno. Pero ello no nos debe desanimar, porque el más común de los mortales puede también aprender a comunicarse mejor. Una vez más, defendemos aquí que todos podemos cambiar a mejor sin que ello signifique menospreciar nuestra personalidad que, sin duda, se verá nítidamente reflejada en los posibles cambios que introduzcamos en nuestra manera de comportarnos con los demás. Partamos de que nuestra salud mental y equilibrio personal están muy relacionados con la forma en que vivimos las relaciones interpersonales. La convivencia, cómo nos sentimos con los demás, puede resultar reconfortante o convertirse en una pesadilla.

Dependerá mucho de nosotros. Vivir con los demás es un arte que puede aprenderse no sólo para caer bien, sino porque la integración social es un factor clave del bienestar emocional. Las habilidades sociales son una serie de conductas y gestos que expresan sentimientos, actitudes, deseos y derechos del individuo, siempre de una manera adecuada y de modo que resuelven satisfactoriamente los problemas con los demás.

Si cultivamos y dominamos estas habilidades podremos conseguir satisfacciones en el ámbito de la familia, de las amistades y en las relaciones amorosas. E incluso nos ayudarán a la hora de conseguir un empleo, de relacionarnos con nuestros jefes y compañeros de trabajo y de convencer de nuestras posturas o planteamientos. Las habilidades sociales pueden enunciarse y describirse. Veámoslas:

El lenguaje no verbal

Comencemos por la expresión de la cara. El rostro expresa las seis emociones fundamentales: miedo, rabia, desprecio, alegría, tristeza y sorpresa. Y hay tres zonas de la cara que representan estas emociones: la frente con las cejas, los ojos y la zona inferior de la cara.
La mirada. Mirar a los ojos o a la zona superior de la cara ayuda a establecer el contacto y dependiendo de cómo sean esas miradas se expresan las emociones: se considera más cercanas a las personas que miran más a su interlocutor, pero no si es de forma fija y dominante. Y mirar poco puede ser signo de timidez. La mirada acompaña a la conversación: si miramos cuando escuchamos animamos a la otra persona a comunicarse. En cambio, mirar a los ojos cuando hablamos convierte nuestro discurso en más convincente.

La sonrisa casi siempre denota cercanía, suaviza tensiones y facilita la comunicación. Pero si el gesto sonriente expresa ironía o escepticismo puede manifestar rechazo, indiferencia o incredulidad. La postura corporal. Los gestos del cuerpo expresan cómo se siente interiormente la persona según sea su manera de sentarse, de caminar... Se pueden trasmitir escepticismo (encogiéndose de hombros), agresividad (apretando los puños), indiferencia (sentándonos casi tumbados cuando alguien nos habla). La distancia física entre personas que se comunican también indica la proximidad emocional entre esos individuos. Dos cuerpos cercanos expresan proximidad afectiva. Volver la espalda o mirar hacia otro lado es una manifestación de rechazo o desagrado. Un cuerpo contraído expresa decaimiento y falta de confianza en uno mismo; y un cuerpo expandido, todo lo contrario.

La postura corporal. Los gestos del cuerpo expresan cómo se siente interiormente la persona según sea su manera de sentarse, de caminar... Se pueden trasmitir escepticismo (encogiéndose de hombros), agresividad (apretando los puños), indiferencia (sentándonos casi tumbados cuando alguien nos habla). La distancia física entre personas que se comunican también indica la proximidad emocional entre esos individuos. Dos cuerpos cercanos expresan proximidad afectiva. Volver la espalda o mirar hacia otro lado es una manifestación de rechazo o desagrado. Un cuerpo contraído expresa decaimiento y falta de confianza en uno mismo; y un cuerpo expandido, todo lo contrario.
Los gestos. Los que se producen con las manos y la cabeza acompañan y enfatizan lo que se comunica con la palabra o el silencio.

La voz acompaña, y más de lo que pensamos, a la palabra

Las mismas palabras con entonación diferente trasmiten sentimientos tan distintos como ironía, ira, excitación, sorpresa o desinterés. Un tono mortecino es señal de abatimiento o depresión. Una conversación que se mantiene siempre en el mismo tono resulta monótona y aburrida y suscita poco interés. Se hace oir más, comunica mejor, la persona que juega con las modulaciones de voz a lo largo de su charla. El tono, que tan poco cuidamos normalmente, es a veces tan importante como el propio contenido de nuestras palabras.

Un volumen alto de voz expresa seguridad y dominio de la situación, pero cuando se eleva demasiado puede suscitar rechazo y connotar agresividad. El volumen bajo, por su parte, puede sugerir estados de ánimo como debilidad o falta de confianza en uno mismo pero también confidencialidad y cercanía. La fluidez de la palabra y el ritmo. La utilización de repeticiones, muletillas, frases hechas y de relleno y los titubeos producen impresión de inseguridad, monotonía e incluso desconcierto en quien escucha.Todos estos elementos de conducta relacional son herramientas de nuestra forma de estar en sociedad, y, bien articulados, nos ayudan a relacionarnos de forma más eficiente. Las habilidades sociales son conductas aprendidas y, por tanto, podemos mejorarlas. Facilitan la relación con otras personas y nos ayudan a ser más nosotros mismos, reivindicando nuestros derechos y peculiaridades sin negar los derechos de los demás. Lo más positivo es que facilitan la comunicación y la resolución de problemas con otras personas.

El arte de convivir con los demás consiste en no quedarse corto y en no pasarse.

Es un equilibrio entre ambos extremos, lo que se conoce como asertividad: ser nosotros mismos y resultar convincentes sin incomodar a los demás, al menos no más de lo imprescindible. La persona persuasiva, eficaz en su comunicación y que resulta agradable a sus interlocutores puede considerarse asertiva. Veamos lo que entendemos por quedarse corto y por pasarse.

Quedarse corto. Actitudes pasivas. Incapacidad para expresar con libertad lo que se siente, la propia opinión. Pedir disculpas constantemente. Es la falta de respeto hacia las propias necesidades. El individuo pasivo trata de evitar los conflictos, al precio que sea. Quien actúa así no hace comprender sus necesidades y termina sintiéndose marginada y mostrándose irritada por la carga de frustración acumulada. Tampoco para sus interlocutores es fácil la situación de adivinar qué desea el pasivo y termina por considerarlo como una persona molesta.

• Pasarse. Son las conductas agresivas e inadecuadas, avasallar los derechos de los demás por la defensa de los propios. Estas conductas agresivas pueden incluir desconsideraciones hacia el otro, insultos, amenazas y humillaciones e incluso ataques físicos. Tampoco falta la ironía y el sarcasmo despectivo. Se tiende a la dominación, a negar al otro la capacidad de defenderse, de responder equitativamente. Las consecuencias, a largo plazo, siempre son negativas incluso para el agresor que se queda sin amigos por mucho que pueda haber ganado súbditos.
La conducta asertiva es la más hábil socialmente porque supone la expresión abierta de los sentimientos, deseos y derechos pero sin atacar a nadie. Expresa el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Pero aclaremos que ser asertivo no significa la ausencia de conflicto con otras personas, sino el saber gestionar los problemas cuando surgen.

Qué hacer para resultar más asertivos

• Valorarnos suficientemente. Mantener y cultivar un buen concepto de uno mismo, identificando y remarcando nuestros valores y cualidades.

• No enfadarnos gratuitamente o por nimiedades. Enfadados nos encontramos mal emocionalmente y, además, trasmitimos imagen de debilidad. Lo conveniente es recuperar la calma, contextualizar el problema, calmarse y expresar tranquilamente nuestra opinión.

• Evitar las amenazas. Es más eficaz, para que nos tomen en serio y nos valoren, reflexionar sobre los pasos que vamos a dar para defender nuestras opiniones, posturas o derechos y luego enunciar los argumentos con corrección, pero no exenta de firmeza si la situación lo requiere.

• No pidamos disculpas protocolariamente, hagámoslo sólo cuando sea necesario.

• Nunca ignoremos a los demás. Escuchemos mostrando respeto por el otro e interés por lo que dice. No avasallemos, por mucha razón que creamos tener. Y permitamos que el otro tenga siempre una salida digna, no cerremos puertas al diálogo. Seamos, en fin, asertivos. Nadie necesita enemigos y a todos nos viene bien contar con gente que nos aprecie y respete y que se preste, en un momento dado, a defendernos o a colaborar con nosotros.

• Admitamos nuestros errores y equivocaciones. Seremos más estimados y queridos.


Habilidades para conseguir el equilibrio personal

Habilidades elementales:
• Escuchar al otro. Trabajar la capacidad de comprender lo que me están comunicando
• Aprender a iniciar una conversación y a mantenerla
• Aprender a formular preguntas
• Saber dar las gracias
• Presentarse correctamente ataviado
• Saber presentarnos a otros y presentar a los demás
• Saber hacer un cumplido, sin zalamerías y con afecto.

Habilidades avanzadas:
• Aprender a pedir ayuda
• Capacitarnos para dar y seguir instrucciones
• Saber pedir disculpas
• Aprender a convencer a los demás, a ser persuasivo.

Habilidades relacionadas con los sentimientos:
• Conocer nuestros sentimientos y emociones y saber expresarlos
• Comprender, valorar y respetar los sentimientos y emociones de los demás
• Saber reaccionar ante el enfado del interlocutor y gestionar bien la situación
• Resolver las situaciones de miedo.

Habilidades alternativas a la agresividad
• Pedir permiso
• Compartir cosas, sensaciones y sentimientos
• Ayudar a los demás
• Aprender a negociar, a consensuar, a llegar a acuerdos
• Recurrir al autocontrol en las situaciones difíciles
• Defender nuestros derechos cuando los veamos amenazados
• Responder a las bromas cuando proceda
• Rehuir las peleas, dialécticas y de las otras.

Nota.- Si nos es difícil ponerlo en práctica, búsquemos ayuda profesional.

No aprueba ninguna materia el 25% de los universitarios

Inquietantes datos del Ministerio de Educación.

Alumnos de distintos niveles descubren que no es su vocación o fracasan en los exámenes
Gisela Higa está a punto de terminar la carrera de Medicina en la UBA. A los 27 años, imagina un futuro en la medicina legal y forense. Y aunque está bien segura cuando lo dice, no siempre lo estuvo: empezó el CBC para Bioquímica y lo abandonó a mitad de año, sin rendir ninguna materia. Siguió con el de Ingeniería, con el mismo resultado. Al año siguiente se anotó en el de Medicina, y sólo entonces confirmó su vocación.

“Esos cambios me sirvieron como experiencia. Estaba indecisa; me gustaban las materias de Bioquímica, pero no me veía trabajando en eso. Cursar algunas materias me ayudó a decidirme por ser médica”, contó a LA NACION.

Su caso es más frecuente de lo que se cree. Según cifras oficiales que sorprenden, casi el 25 por ciento de los estudiantes que se anotan cada año en las universidades estatales del país no aprobó ninguna materia el año anterior. La cifra llega casi al 20% en las universidades privadas.
En términos concretos, son en total casi 291.000 estudiantes que se inscriben en una carrera, pero fracasan en los primeros parciales, descubren a poco de andar que no es su vocación, deben abandonar a los pocos meses por la necesidad de trabajar o, directamente, nunca la cursan.
En cualquier caso, las cifras revelan la preocupante incapacidad de la universidad argentina para retener y acompañar a sus estudiantes - muchos con graves deficiencias del secundario-, apoyarlos para que sigan sus estudios aún en condiciones sociales desfavorables, u orientarlos para que no tomen decisiones de carrera que se frustran a los pocos meses.

El fenómeno señala, además, la distancia entre la realidad de las aulas y la normativa que las rige: según la ley de educación superior vigente, para conservar la condición de alumno regular hay que aprobar al menos dos materias por año.

"Los datos dejan ver un sistema universitario, para decirlo en crudos términos económicos, altamente ineficiente. Lo que muestran es bastante incapacidad para retener a los alumnos estudiando y avanzando en sus estudios", dijo a LA NACION Eduardo Sánchez Martínez, ex secretario de políticas universitarias y rector de la Universidad Blas Pascal, en Córdoba.
"Las universidades toman en cuenta alumnos que se vuelven a inscribir aunque no hayan aprobado nada el año anterior y que son potenciales desertores nuevamente", opinó Ana Fanelli, investigadora en educación superior del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes).
"Las universidades son flexibles frente a estos alumnos: no todas aplican lo que dice la ley, y muchas sólo toman una materia como condición de regularidad", afirmó. En ese estado -con sólo una materia aprobada el año anterior- está el 15,7 por ciento de los reinscriptos en universidades estatales y el 9,2 por ciento en las privadas.

"Ni aparecen"
Los expertos afirman que una buena proporción de quienes no aprobaron ninguna materia el año anterior son alumnos de primer año, cuando ocurre una deserción que se calcula en el 50 por ciento.

"Un factor explicativo es la desorientación con que muchos alumnos llegan a la universidad, sin saber bien qué quieren estudiar. Se inscriben, vienen a clase algunas semanas y se dan cuenta de que no es para ellos. O se anotan y ni aparecen", dijo Sánchez Martínez.

En ese caso, cabría pensar que los sistemas de admisión -variadísimos en el país, desde el examen eliminatorio a los requisitos mínimos- no están resultando eficaces ni para seleccionar ni para nivelar. Aunque, como aclaró Sanchez Martínez, "tampoco puede pretenderse que cursos de un mes o poco más remedien los graves problemas del secundario".

Otra característica de nuestros estudiantes universitarios se revela en estos números: su condición part time. "Hay situaciones de «parar y seguir» en la carrera por condiciones familiares, profesionales y laborales", describió Fanelli.

Además, las universidades en las que el porcentaje de alumnos que no aprobaron ninguna materia es mayor, pertenecen a zonas de menor desarrollo socioeconómico: Jujuy (63), Santiago del Estero (53%), Salta (40,7%), Catamarca (39,7%) y Misiones (38,7%).

"Allí se agrega la necesidad de trabajar de muchos estudiantes, factor sobre el cual las universidades tienen muy escasa capacidad de control, por la debilidad de los programas de becas y otras ayudas a los alumnos de menores recursos", apuntó Sánchez Martínez.
¿Por qué en las universidades privadas, donde se paga una cuota mensual, el fenómeno es casi equivalente? "Las razones son las mismas. Quizá no pueden pagar un año y vuelven al siguiente, o consiguen trabajo y deben abandonar", dijo Fanelli. Sin embargo, el rendimiento general es luego más parejo en las universidades privadas: quienes aprueban 2, 3, 4 y 5 materias oscilan entre el 8 y 9 por ciento, respectivamente.

"Algunas privadas tienen un sistema de tutores que no siempre es eficiente. El fenómeno es el mismo que en las públicas. Se habla mucho de estrategias de retención, pero se hace poco en la práctica y lo que se hace no es sistemático", dijo Víctor Sigal, investigador en educación superior de la Universidad de Belgrano (UB).

La situación pone a las universidades estatales masivas en una encrucijada: mantenerse abiertas pero, a la vez, retener y graduar a sus estudiantes. "Accede a la universidad gente de bajos recursos, que trabaja. Tenemos la obligación de estar pensando cómo sostener a los alumnos en el sistema", dijo Edith Litwin, flamante secretaria académica de la UBA, donde el 20,2 por ciento de los reinscriptos no aprobó ninguna materia el año anterior. "La universidad no puede ser selectiva. El desafío es dar calidad y hay que ver cómo la universidad se está haciendo cargo de la gestión pedagógica."

A veces, la voluntad de estudiar es insuficiente. Como contó Gisela Higa, "la universidad no está preparada para gente que trabaja, y en muchos trabajos no te quieren tomar cuando saben que estudiás carreras como Medicina, tan demandantes, porque piensan que vas a pedir muchos días por examen".

Por Raquel San Martín
De la Redacción de LA NACION

Deficiencias administrativas
Más allá de cuestiones pedagógicas, la propia administración de las universidades muestra deficiencias. "En muchas instituciones, no hay mecanismos aceitados para hacer un real control de cómo van los alumnos en sus materias", dijo Fanelli.
Concretamente, además, si un tercio de los que se declaran alumnos no lo son realmente, la cantidad de jóvenes que efectivamente llegan a la universidad en la Argentina -calculada en el 47 por ciento de quienes tienen entre 18 y 24 años- podría ser menor.
"El presupuesto por alumno activo también sería más alto de lo que se dice", calculó Sánchez Martínez.

http://www.lanacion.com.ar/cultura/nota.asp?nota_id=996055

LA NACION 16.03.2008 Página 1 Cultura

Mi mundo público












Desde su aparición, hace unos cuatro años, los blogs crearon un espacio con reglas y pulso propio: la blogósfera, un lugar en el que la información se comparte y circula a gran velocidad. Bienvenidos al mundo de los bloggers.

De repente aparecieron. Surgieron y se multiplicaron. Son infinitos. Variados. Multifacéticos. Y, unidos, son poderosos. Son los blogs, esos espacios virtuales, personales y a la vez públicos que, conectados unos con otros, conforman un universo con nombre y pulso propio: la blogósfera. Pero el blog es, ante todo, una herramienta al servicio de quien la necesite para el fin que sea. Puede ser un diario personal, como aquellos primeros que aparecieron en 2003. Puede ser un medio de reflexión, de información, de denuncia o lo que quiera hacer de él su creador.

María Candelaria Shamun vive en Núñez. Para llegar a su trabajo en el centro intentaba tomar cada mañana el tren del ex ferrocarril Mitre en la estación Rivadavia. Hasta que se cansó. “Venían atestados de gente y era imposible subir. Y, cuando quizás lo hacía, se suspendía el servicio. Todos nos quejamos, protestamos, llegamos mal al trabajo, pero la queja queda ahí, muere en el vagón. Comencé a hacer denuncias a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), pero nunca tuve más respuesta que una carta modelo”, cuenta Candelaria, de 26 años. Y como la acción off line nunca dio resultado, probó suerte con la dinámica on line: “Yendo hacía Bahía Blanca con mi marido y mi mamá, surgió en el auto la idea de hacer el blog y de bautizarlo de la manera más gráfica posible: Viajé como el orto. Mi mamá sugirió que lo suavizara un poco, pero es una frase que representa a cualquier usuario de un medio de transporte de Buenos Aires. Y sabía que eso iba a generar mayor adhesión de la gente para que la protesta no quedara en la nada”. En abril de 2007 apareció por primera vez, acompañada por una acción difusora artesanal: Shamun mandó hacer cientos de calcomanías que fue pegando en diferentes medios de transporte. “Menos arriba de señalizaciones o cosas que son importantes, pego donde venga”. De esta manera, la gente comenzó a sumarse, hasta llegar a convertirse también en cronistas y en “ojos atentos” para el blog. “Es una forma de tener mayor control por parte de los usuarios. Si metemos presión y se sienten controlados, no les va a ser tan fácil. Van a seguir haciendo lo que quieran, pero van a estar vigilados.”

Fue por intermedio de los blogs del periodista Lalo Zanoni ( http://www.eblog.com.ar/) y de 3.0 Periodismo Argentino en Blog ( http://www.3puntocero.com.ar/) que Shamun accedió a esta locura fractal bloguera: “Lo bueno de los blogs es eso: que genera redes. Se recomiendan, se difunden, y así se va desperdigando la información”.

–¿Te parece entonces que por intermedio de los blogs se va armando una suerte de poder ciudadano?

–Sí, a full. Con Julián de Souza, que tiene un blog que se llama Como Vacas ( www.comovacas.blogspot.com ), y con Daniela Hacker, de Noticias de Consumo ( www.noticiasdeconsumo.com ), hicimos algo más grande, que dimos en llamar BUC: Blog de Usuarios y Consumidores. Allí escribimos de vez en cuando cosas comunes y las colgamos.

Y no son los únicos espacios de protesta en la blogósfera. Hay muchos más, en un intento de los usuarios por tomar el control de una situación que se les escapa de las manos y para la cual el blog es la herramienta más accesible. De hecho, gracias al blog, Candelaria logró que se restituyeran siete ascensores en diferentes líneas de subtes y que se reemplazaran varias de las mangueras contra incendios, entre otras cosas.

Una constelación

Rafael Cippolini es ensayista, curador independiente de artes visuales y, desde hace un año, un bloguero activo en todo sentido: no sólo postea en forma periódica en su espacio, www.cippodromo.blogspot.com , sino que linkea, recorre, visita otros espacios e interactúa con otros bloggers. O sea, hace todo lo que tiene que hacer un usuario para hacer de su lugar un blog y pertenecer a la blogósfera.

“Si bien los blogs tienen una producción individual, pienso que funcionan en constelación porque lo hacen a partir de nodos en los que se va tejiendo una red interrelacionada por un sistema de linkeos: una autopista con postas. Uno siempre conoce un blog a partir de otro blog”, explica el ex editor de la revista Ramona. “En 2006, que es para mí el año en el que estalló la blogósfera, comencé con Cip¬podromo ( www.cippodromo.blogspot.com ) a escribir, aprender y analizar desde adentro lo que es un blog. Se da por sobreentendido lo que es, pero las definiciones van cambiando constantemente, a medida que va mutando la blogósfera.”

–Entonces, ¿qué es para vos hoy un blog?

–Hay tantas definiciones como usuarios. Pero últimamente estuve pensando mucho que lo que más se le aproxima como una característica que lo define es la periodicidad. Los blogs a los que más les presto atención son aquellos que tienen al menos un posteo semanal. Obliga todo el tiempo a poner una información en órbita, y ése es un desafío. Si no se actualiza, el blog queda momificado. Y si un blog queda inmóvil, deja entonces de ser un blog para convertirse en otra cosa: una plataforma inactiva, un archivo, un álbum de fotos. Porque la blogósfera es dinámica, es movimiento perpetuo, mutación constante.

Para el periodista deportivo Marcelo Gantman, otra de las características que podrían ayudar a construir una lectura del blog es que, ya seas conocido o no, “siempre hay alguien que lo lee; alguien siempre llega a eso que hiciste. Por eso genera tanta satisfacción, y es por eso que tiene tanto poder, porque permite una relación de llegar por contactos. Es un modo de vincularse muy característico de esta época. La gente comenta sobre aquello que encuentra; opina, interviene y se manifiesta sobre cosas que pasan en una comunidad. Para que un blog tenga éxito tiene que estar conectado con otros, porque eso es lo que le da, entre otras cosas, accesibilidad y su carácter de público y abierto” .

–¿Por qué decidiste comenzar tu blog Ya Dimos ( gantmanblog.com )?

–Lo que en un principio me atrajo fue que es algo muy libre. También, porque escribir algo y verlo enseguida publicado es ya muy expresivo de por sí. Soy periodista, y descubrí que era un lugar que podía utilizar como quisiera: como un borrador de artículos para medios tradicionales o para la radio. Me resultó un canal de expresión muy interesante y muy lindo. Luego comencé a utilizarlo para cosas que no tenían que ver directamente con mi trabajo. Y ahora es casi una cita diaria para escribir aquello que pienso, me pasa o veo. Me da una gran satisfacción sólo el hecho de hacerlo sin importar tanto si alguien lo lee o no.

¿Se acabó la primicia?

Julián Gallo y su novedoso blog Mirá! ( www.juliangallo.com.ar ) junto con el Blog de Pablo Mancini ( www.pablomancini.com.ar , blog de cultura tecnológica), son dos de los más citados y visitados de la blogalaxia. Recorren la Web, buscan, encuentran, recortan y presentan información con una mirada original y con mucho para decir al respecto. La información está disponible para todos. El desafío de la blogósfera es que tengas algo atractivo que decir al respecto.

“Mi blog consigna cosas que me llaman la atención y que considero que son de valor para otras personas. El proceso de hacerlas públicas me hace responsable de que la tarea sea realizada con seriedad. Con el tiempo, Mirá! ha constituido una audiencia de la cual soy parte además de autor. Esa audiencia busca algo que no está en los diarios, ni en la televisión ni en las conversaciones de todos los días: es lo que busco yo. El conjunto de las cosas que publico muchas veces muestra que hay cosas asombrosas en el mundo, gente notable, maravillas. Detrás de esa tarea, todos mis descubrimientos han sido buenos; las cosas y la gente que lee y comenta”, explica Gallo.

–Ya que mencionás los medios tradicio-nales de información, ¿cómo ves la relación de unos con otros?

–Los blogs son un medio en sí mismo que afecta a todos los medios: a los comunicados escolares, las campañas políticas, la comunicación corporativa, publicitaria, institucional y, finalmente, a los individuos. Pronto, hacer o no hacer un blog será igualmente elocuente. Pero los medios (especialmente los diarios) malinterpretan todo. Hay diarios que prohíben a sus periodistas tener blogs; otros los estimulan, pero a la vez los condicionan hasta que los blogs de sus periodistas son sólo una mímica, algo que parece un blog, pero que no lo es. No se trata entonces de sustitución de un medio por otro; los blogs no reemplazan nada, pero los blogs afectan (afectarán) a todo.

“Es verdad que los medios tradicionales se están bloggerizando cada vez más, pero son de otro tipo: no son espontáneos y sólo tienen en común con la blogósfera la herramienta técnica”, explica el periodista Leandro “Lalo” Zanoni, de www.eblog.com .

La constelación tiene vida, dinámica y preocupaciones propias que pocas veces quizá llegan a los medios. A fines de enero, el diputado Claudio Morgado intentó lanzar un proyecto de ley del canon digital, una suerte de impuesto a los productos digitales como indemnización a los artistas por posibles pirateos. La blogósfera tembló, aulló, protestó y generó un debate que aún hoy está en el teclado de muchos. Poco de este tema llegó a los grandes medios. “La blogósfera es una red viva que depende de la gente que interactúa allí, pero es un termómetro totalmente ignorado por los medios tradicionales. No toman ese pulso”, agrega Zanoni.

“Creo que uno de las mayores influencias de los blogs en los grandes medios es, cada vez más, la aparición de la subjetividad”, agrega Cippolini: “Los diarios tienen más columnistas, más notas en primera persona. El compartir información y la primera persona son el motor del blog: enseguida, esa información está opinada y compartida. Eso molesta porque anula la primicia. En Internet ya no interesa quién tuvo la posta, sino la mirada que se tenga de esa información.”

Por Constanza Guariglia

revista@lanacion.com.ar

De la escuela a Internet y de Internet a la escuela

La ORT Argentina agregó a su Campus Virtual una red de blogs por intermedio de los cuales armaron una net de consultas para la comunidad escolar. Cada curso, taller, actividad extracurricular, evento especial, clase, orientación, etc, tiene su blog. En cada uno de ellos, y a partir de asignaturas especiales, los chicos producen, arman y editan desde su “subblog” aquello que hicieron con sus compañeros y lo comparten con el resto de la escuela. De esta manera, el aula deja de ser un ámbito cerrado en el que el profesor dicta y el alumno copia. “Ahora, los docentes y los alumnos trabajan todos juntos”, explica el profesor Guillermo Lutzky, director del Campus Virtual. A partir del uso de esta red de redes, lo que Lutzky quiere llevar adelante es una alfabetización digital: “Aprender no sólo a manejar las herramientas, sino a encontrar y procesar la información de la mejor manera posible; y, fundamentalmente, trabajar en red. Es importante que el alumno entienda que todo lo que «cuelga» en Internet es su responsabilidad”.

A la vez, esta red de redes ofrece un servicio para los padres, ya que están siempre al tanto de las actividades de sus hijos en la escuela, ayuda a que los diferentes cursos se relacionen entre sí y, también, le da un empujón a aquel chico tímido que quizás en clase no se anima a hablar. El 98 por ciento de las cosas que los chicos hacen en los blogs las hacen desde su casa. “¿Qué logramos con esto? Extender la escuela y sacarle a Internet el uso exclusivamente recreativo.”

Los chicos ya no se van a la biblioteca a investigar para un trabajo: usan Google. La información está ahí, disponible, y lo que esta “subblogósfera” intenta hacer es acercar la información a los alumnos de una manera en que se sientan protagonistas. “Ya no se pueden copiar porque no alcanza con copiarse. Tienen que hacer producciones propias y presentarlas en la red, un espacio público y abierto, no sólo para la comunidad escolar, sino para el mundo.”

La Web 2.0 sustentable

El Viaje de Odiseo ( www.elviajedeodiseo.com ) es el blog experimental de una consultora de comunicación especializada en nuevos medios e interesada en el desarrollo sustentable: “Nos interesaba investigar las herramientas de la Web 2.0 como canal para comunicar ese mensaje”, explica María Noel Alvarez, integrante del equipo liderado por Ernesto van Peborgh y que es una mixtura de periodistas, editores, psicólogos, dibujantes, publicistas y escritores. “Fuimos creando una microaudiencia de cien lectores por día, quienes encuentran desde informes rigurosos sobre los beneficios y perjuicios de los biocombustibles o datos interesantes sobre las últimas tendencias en la Web, hasta reflexiones con humor sobre cómo incorporar hábitos amigables con el medio en la vida cotidiana y no morir en el intento. Nuestro mayor desafío es encontrar una manera simple de comunicar un concepto urgente: el desarrollo sustentable. En nuestra faceta «agencia de comunicación» hacemos consultoría a empresas que desean incorporar estos conceptos a sus procesos y quieren empezar a comunicarse con su público de una manera más horizontal, a través de la Web.”

El concepto de Web 2.0 surgió en 2004 para definir y englobar una nueva etapa de la red de redes. Una web basada en comunidades de usuarios en la que el intercambio rápido de información, la interacción y la colaboración entre unos y otros es (entre muchas otras características tecnológicas) el eje de su existencia. En ella, los blogs son una parte fundante y fundamental. No hace falta más que saber cómo manejar un webmail para poder armar un blog, lo que los hace accesibles para cualquier persona que tenga a mano una computadora y ganas de decir algo. Algunas de las plataformas más utilizadas son Blogspots de Google ( www.blogger.com ) y Wordpress: ( www.wordpress.com).
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¿Cómo llevar una carrera profesional con el arte?

Vida Universitaria

Si te gusta la pintura, escultura, danza, teatro, música, improvisación y aún no sabes qué estudiar, este artículo te servirá para ayudarte a tomar una decisión para tu futuro.
“Falta poco para que acabe el colegio y mis padres andan preguntándome qué profesión voy a elegir… mi hermano mayor, médico ejemplar, me inscribe en diversas charlas vocacionales, contabilidad, administración, derecho, en fin, cosas que a mí no me gustan. Prefiero estar con gente que comparta mis mismos intereses como por ejemplo… cuando estamos en el parque y la gente se detiene a vernos tocar la guitarra y cantar, ¡me siento como en un escenario!…Quizás eso es lo que quiero, a lo mejor nací para ser artista, claro, el de los buenos, pero ahora, ¿cómo le digo a mis padres que ya tomé esa decisión?
Muchos jóvenes al momento de elegir una carrera se dejan llevar por la presión del grupo, la “herencia” familiar, el qué dirán y cuando ya están siguiendo sus estudios, lo dejan y se dan cuenta de que no es lo que realmente querían para su vida.

Primero, si posees algún talento, debes saber que “tu arte” es un modo de expresar información. El arte añade más posibilidades para abstraer, conceptualizar y comunicar. A través del arte puedes transmitir ideas o sentimientos, incluso expresar percepciones y sensaciones que no sean explicables de otro modo, de alguna manera, quizás lo estás haciendo.

Ahora bien, si tu futuro económico es el que está en juego, pero no quieres dejar de lado el talento que posees, quizás estos testimonios, te ayuden a predecir cómo podría ser tu vida en algunos años.

Mi carrera profesional o el talento

Tengo habilidad para el teatro pero siento que debo estudiar una carrera que me respalde… sé que ello con el tiempo me permitirá lograr mayores satisfacciones en el campo que me desempeñe… Quiero compartir mi carrera profesional con mi pasión por el arte….

Renato Medina Vassallo, bachiller en Administración y marketing, estudió la carrera de Administración y Contabilidad, estando en 5to ciclo se cambió de carrera porque se dio cuenta de que no era lo que quería para su vida.

Su primer acercamiento al teatro lo tuvo en el colegio, allí comenzó a desarrollar sus capacidades, incluso en improvisación teatral, desde allí Renato no ha dejado de jugar a ser otra persona, a caracterizar otra vida, es así como él lo define. Su carrera con el teatro y la improvisación no son gustos que se complementen, pero ambas –afirma- viven en armonía. Él ha conseguido una situación laboral que le permite realizar ambas cosas, por suerte puede hacerlo.

A Renato le hubiera gustado estudiar literatura o actuación, temas relacionados con el arte y con su hobby; sin embargo, la presión familiar y ejemplos cercanos de personas que no tuvieron suerte en este rubro, lo obligaron a tomar la decisión de estudiar otra carrera.

“Estudié marketing porque se asemeja a la publicidad, porque la publicidad se asemeja a las comunicaciones, porque las comunicaciones se asemejan al arte, cada día uno debe hacer lo que a uno le gusta”.

Si te gustaría conocer un poco más acerca de este joven artista visita su blog: http://noloencontramos.blogspot.com/

¿Puedo combinar con mi pasión por el arte con mi profesión?

Muchas veces, uno no se atreve a estudiar exactamente alguna rama del arte pese a que guste de ella, pero la carrera elegida posibilita complementarse en el campo laboral de manera exitosa, realizando funciones que están relacionadas con la pasión que uno tiene.

El caso de Emilio Pérez de Armas - a quien paradójicamente su profesora de piano le cortó las ilusiones de estudiar música - decidió estudiar Administración de Empresas, porque su objetivo era realizar “lo que quería” al finalizarla.

Emilio empezó en el mundo musical grabando un disco y desde el 2005 dirige su propia empresa, donde actualmente administra cinco proyectos donde la música y el arte son predominantes (www.tk.com.pe , www.loyaltrust.net) y de esta manera, se muestra feliz y satisfecho, sobre todo no se arrepiente de haber estudiado una carrera que pudo complementar con su habilidad.

“El arte y la música son las cosas que hago para vivir, permite que me exprese, creo es el mecanismo de transformación social que una nación debe consumir, hay arte muy bueno, barato, caro y gratis”.

Además recomienda a los jóvenes que deseen estudiar arte, deber atreverse a conversarlo con sus padres y si deciden incursionar en este rubro, se propongan ser los mejores “no tengan miedo de algo que aún no se atreven a enfrentar”, señala.

“Es mejor contar historias sobre lo que tu hiciste, y no de lo que jamás te atreviste a hacer”.

La profesión y el arte como medio de ayuda y enseñanza

Carmen Rosa Caipo Rivero, psicóloga de profesión, desde muy pequeña sintió que la música era el modo de poder ayudar a otras personas. Ella creó su primera guitarra a base cartón y cuerdas de hilo.

Carmen nos cuenta que un día un niño especial sin conocerla se acercó a abrazarla, desde ese momento, decidió trabajar la conducta a través de la música.

La “Musicoterapia”, es una disciplina que utiliza la música como un medio o un intermediario para lograr la comunicación del paciente. Es así como Carmen Rosa - conocida como “La Ruda” en el mundo clínico- ha podido aliviar diversos males de niños que muchas veces habían perdido las esperanzas de vivir.

No obstante, Carmen Rosa no sólo con la musicoterapia desarrolla sus habilidades musicales, pues también ella forma parte de un coro de música clásica estilo Barroco y además dicta clases en una conocida universidad del país.

“Yo recomiendo que aquellos que tengan un don, no lo dejen de lado… una persona que siente un llamado, debe seguir, prepararse, entrenarse, capacitarse… En la vida hay personas que tienen mucho talento y hay otras que necesitan del talento de otro para seguir adelante”.

Estos testimonios, de profesionales que han optado por compartir una carrera profesional con su pasión por el arte, son sólo una muestra de que ambos aspectos pueden complementarse exitosamente y que no es necesario abandonar una de ellas en beneficio de la otra. Organízate, planifica y decídete, recuerda que todo se puede realizar, no sólo hay que soñar, sino hacer realidad esos sueños.

Fuente: Universia Perú
Autor: Claudia Tuesta Velarde