Las identificaciones y las migraciones indígenas



Varité
De inmigrantes y segregación
Enero 2012

Las identificaciones y las migraciones indígenas
por María Elena Lora [*]
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Con el inicio del año 2010 se cumplen 81 años de una obra esencial del psicoanálisis: Psicología de las masas y análisis del yo de Sigmund Freud. Este texto representa un punto de inflexión y nos indica una preocupación por la problemática social o de las masas cuyo análisis es insuperable. Es muy difícil encontrar un escrito tan preciso sobre el tema de las instituciones, masas e individuos, por lo que su referencia se constituye en un sendero luminoso a seguir, pues el recorrido de esta obra marca claramente el enlace de estos tres aspectos. Asimismo se trata de una obra que nos refiere al sujeto, a sus identificaciones y al lazo social.

Posteriormente, Jacques Lacan efectúa el aporte de una visión a la vez complementaria y renovadora sobre conceptos como identificación, yo ideal, Ideal del yo, rasgo unario. En la última enseñanza de Lacan se vislumbra un nuevo aspecto no solo relacionado a las identificaciones imaginarias y simbólicas, sino vinculado a un "algo" irreductible que él llamará la "identificación real", porque carece de símbolo, de significante y de letra, y esconde ahí un modo de gozar. Será en relación a esa identificación real, singular, que reconsiderará varias cuestiones como la del amor, el cuerpo, y un goce real del cuerpo, opaco, irreductible.

En esta oportunidad nos limitaremos a esbozar algunas consideraciones sobre las identificaciones al Ideal del yo y, además, indagar su peso en la época actual. Lacan plantea, en torno a la noción de sujeto, que éste es alguien que carece de identidad y al que el Otro da respuestas, da identificaciones cuya fuerza intenta solucionar el desgarramiento de origen. Hay una falta de ser, falta que se resuelve con las identificaciones, y donde en lo más íntimo de una identificación es donde más uno sufre.

La identificación al Ideal del yo, tan crucial para sostener la imagen de sí, para atemperar la pasión imaginaria, nos muestra, por un lado, la vertiente pacificante de esta identificación y, por otro lado, el riesgo de introducir la segregación. Así el tema de la identificación va íntimamente ligado al de la segregación y la exclusión. Según el Ideal del yo, uno mide, regula su yo y los objetos. A la identificación a un rasgo único Lacan la denominará rasgo unario, cuya lógica es sostener lo Uno. El valor de esta identificación consiste en definir un conjunto, y determina que un sujeto pertenezca o no al conjunto. De este modo este Uno se hace igual al todo en el Ideal del yo y opera como una respuesta ante la escisión, ante la división subjetiva.

Estos conjuntos comportan un enorme valor lógico, otorgan consistencia; pero inherente a este aspecto se produce la segregación. El elemento excluido habita en la definición misma del conjunto, únicamente con él se puede cerrar y dar el ser. La exclusión lógica lleva a lo real, el elemento excluido es el objeto "a", es el propio objeto excluido, desconocido, un objeto que otorga satisfacción pulsional.

Es un objeto cualquiera, singular, que no se generaliza ni sirve para armar un conjunto de objetos. Vale decir, las personas no disfrutan de similar manera, nadie satisface sus pulsiones ajustándose al Ideal del yo. Así la satisfacción pulsional tiene que estar excluida del conjunto de los ideales.

El psicoanálisis trata este aspecto con notable precisión y advierte sobre el mal uso de las identificaciones al Ideal. En otros términos, la patología de la identificación al Ideal se entiende no solo como defender un rasgo del Ideal sino que hay que agregar que aquel que no lo tiene es alguien a ser excluido. Entonces, la identificación del sujeto a un significante ideal implica necesariamente la segregación de una parte de su ser, un rechazo de lo inaceptable desde el punto de vista del Ideal del yo.

Advertidos sobre este aspecto y por razones de la época actual, se torna crucial reflexionar sobre la inquietante vida cotidiana en un mundo global. La caída de los ideales y la uniformización de un mundo único que se postula, por lo demás, como el mejor de los mundos posibles, se hace a imagen y semejanza de los intereses de una minoría satisfecha cuyo estilo de vida y patrones de consumo sirven de modelo para multitudes excluidas de los beneficios del progreso. Este estilo de vida configura un escenario destinado a armar conjuntos de identidades, y para cerrarse se armarán las identidades que deben quedar fuera del conjunto. Bajo el discurso falaz de la multiculturalidad en tanto respeto a la diversidad, se ve el efecto segregativo de la globalización que se visibiliza con la presencia de comunidades de "indios", "migrantes", "movimientos indígenas" y "campesinos sin tierra".

Tal el caso de "la alarma social" que constituye la migración de indígenas aymaras hacia las ciudades donde son despiadadamente despojados de sus identificaciones, sus formas de lazo social y reducidos a feroces condiciones de exclusión y racismo.

Este fenómeno se observa en una creciente urbanización en la ciudad de La Paz como una tendencia nueva y cada vez más fuerte, cuya causa principal reside en la migración masiva de indígenas aymaras provenientes de áreas rurales del país. Esta pujante migración indígena aymara halla su origen en el desempleo, pobreza, exclusión que, junto al abandono del Otro (Estado), conducen a dejar poblaciones prácticamente fantasmales.

Asimismo, cabe apreciar que existe otro tipo de factores como la ilusión de un estilo de vida deslumbrante y la constitución de un Otro idealizado que le otorgará un lugar, recursos y nuevos lazos sociales. Todos estos factores, en suma, se delinean como las causas más contundentes para emigrar a la ciudad.

Preciso es señalar y advertir que, estructuralmente, la migración conlleva dos movimientos: salida de un lugar de origen y llegada a un sitio de destino; en el interior de estos dos movimientos se arriesga la integración de cada sujeto, en otros términos, se juegan sus identificaciones y el lugar que pueda tener su modo de goce y cómo hacer con eso en el nuevo contexto. Dentro del campo de la migración resulta relevante destacar la interpretación que hace el migrante y la sociedad sobre los ideales y expectativas de las políticas de integración.

El grueso de la población indígena aymara que emigra a la ciudad por falta de recursos económicos, apoyo social y familiar, termina engrosando el sector marginal de la población urbana y se queda acantonado, identificado a un desecho, un resto social. Queda en una situación de desamparo social, que halla su contrapunto en un desamparo real que emerge como angustia o como un goce transgresor convirtiéndolo en victima o delincuente frente al Otro urbano.

Se trata de la existencia de una masiva población de niños y jóvenes que tienen que enfrentar situaciones de explotación, violencia y racismo. Asimismo confrontan el vacío de referentes e intentan acceder a diversos objetos de goce dirigidos a taponar cualquier signo de sufrimiento y enmascarar la división subjetiva, su propia extrañeza; sin embargo, únicamente se rezagan en el aislamiento de su identificación con el desecho, tal cual un resto, un objeto, sabiendo que a partir del objeto "a" no se teje lazo social, sino que es lo que cae del lazo social.

El significante indio-migrante deviene un modo de estigmatizar y señalar que el Otro es extranjero; una nominación que se mantiene y designa a los hijos de migrantes dando consistencia, de esta manera, a una forma de exclusión social. La conformación de grupos de jóvenes aymaras y su diversidad se reduce en la expresión "movimientos sociales aymaras" y con ella se confiere al Otro el rasgo de comunidad cerrada, frente a la cual se toma distancia, lo que nos da cuenta de una discriminación que perdura frente al Otro.

Este colectivo conformado por indígenas aymaras es asimilado dentro de un escenario distinto denominado multicultural, con el que se intenta definir la existencia de una unidad en la diversidad. Esta propuesta habla de un sujeto construido en la reivindicación de las identidades étnicas, sin pensar que esta reivindicación puede solapar la exclusión y la discriminación. Por lo menos así lo señala Z. Bauman, para quien este modelo implica una fragmentación subjetiva frente a la incertidumbre, a la ausencia de planificación. Aquí se puede ver todo un proceso de transculturación en distintos niveles, lo que abre muchas veces la dimensión del sin sentido frente a lo cual la respuesta del sujeto es fantasmática.

Este fenómeno de transculturación se visibiliza en conflictivas circunstancias sociales y subjetivas que se entretejen. Se pueden presentar conflictos de tipo social como figuraciones o rechazo mutuo. Baste el ejemplo de la identificación a ciertos valores culturales urbanos como el cambio de vestimenta, hábitos de consumo, modos de goce o rechazo a los orígenes. Estos se erigirán, como dice Bourdieu, en una "manera de distinguirse", armándose de esta manera un lugar en el Otro, en el intento de ser reconocidos por sus nuevas identificaciones en el lugar de acogida. No obstante, para el Otro urbano se vuelve insoportable el hecho de que estos migrantes aymaras funden y se reúnan en redes sociales que funcionan como espacios aptos para recrear costumbres de la comunidad de origen y, aún más, para mitigar el sufrimiento inherente al cambio de lugar y el surgimiento de síntomas nuevos o reediciones de síntomas anteriores.

Todos estos cambios afectan las identificaciones, pero no anulan la condición del sujeto fundado como excluido de sí, es decir que hay algo que permanece en uno, más allá de los cambios. Desde el psicoanálisis sabemos que el sujeto sufre de una falta en ser y que las identificaciones son un velo de su ser de goce; también que la proximidad de la alteridad del Otro es lo que funda la exclusión, el racismo y produce la confrontación de modos de gozar incompatibles. En otras palabras, la manera que tiene el Otro de gozar y que se expresa como: "indios en movimiento", "indios ignorantes", "no trabajan bien", "demasiado mugrientos", indica que de cualquier forma este Otro siempre está ligado a una parte de goce inmerecida. La verdadera intolerancia es la intolerancia al goce del Otro.

En las condiciones actuales del mundo caracterizado por un pragmatismo ciego que pretende borrar el pasado, y cuando las identificaciones fundamentales son tocadas, el sujeto queda reducido a ser el objeto que responde al punto de falta del Otro. En consecuencia, cuando se fuerza al sujeto hacia distintas formas de exclusión, acontece la pérdida de la subjetividad, lo que conlleva la identificación al objeto. Esto nos permite afirmar que la identidad, cuando se atraviesa la frontera del sentido, es hacerse idéntico al objeto.

Abordar por la vía del Ideal colectivizante la falta en ser, fuerza al sujeto a lo peor, pues lo más íntimo le está ocultando la verdad de su inconsciente y su modalidad de goce. Es desde la ética del psicoanálisis que podemos aportar una lógica distinta, que posibilite atemperar la locura de las relaciones sociales y la exclusión a que se somete a jóvenes aymaras, es decir, se trata de operar con cierta prudencia, acompañadolos en el proceso de reinventar lazos sociales inéditos, uno por uno, para lograr una apertura donde ellos puedan construir una narrativa de su propia historia y asumir responsablemente un goce existente más allá de los ideales. La dignidad humana es la de cada quien en su irreductible singularidad: he ahí una apuesta del psicoanálisis frente a la "indiferencia" como síntoma social actual, allí donde se juega algo que hay que poder tolerar.


Notas

* NEL-La Paz.

•Freud, S.: "Psicología de las masas y análisis del yo", en Obras Completas, Vol.XVIII, Amorrortu Editores.
•Lacan, J.: "La identificacion". Seminario inédito.
•Lacan, J.: "La agresividad en psicoanálisis", en Escritos I. Siglo XXI, México, 1989.
•Laurent, E.:"Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales". XV
•Jornadas Anuales de la EOL, Argentina, 2006.
•Miller, J.-A.: Extimidad. Paidós, Argentina, 2010.
•Indart, J.C.: "El malestar de las identificaciones en la época actual". III Coloquio de la NEL en Bolivia, 2008
•Bauman, Z.: Vidas desperdiciadas. Paidós, Argentina, 2005.
•Bourdieu, P.: La distinción. Criterios y bases sociales del gusto. Taurus, México, 2002.
•Jameson,F. y Zizek, S.: Estudios culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo. Paidós, Argentina, 1998.
•Guaygua, G.: "Cambios en las relaciones sociales y familiares de migrantes de El Alto-La Paz". PIEB-Bolivia 2010. La Paz, 2010.

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