Por Ricardo Coler
Un padre que da consejos más que padre es un amigo. Una lástima. Porque amigos hay muchos.
En una época en la que para ser padre no alcanza con ser el padre biológico y en la que el ideal de padre es el padre amable, ¿qué es un padre? El padre es a quien rápidamente se asocia la palabra respeto. A veces demasiado rápido. Hay padres de organizaciones, de partidos, de la ciencia, de las letras y hasta de la patria. Lo llamativo es que todos tuvieron problemas para ser padres de una familia.
El padre es el que empuja para que empecemos pero también es de quien preferimos evitar los empujones. Puede ser el que crea tal atmósfera de terror que, en vez de ser el que cuida, se convierte en alguien de cuidado. Un padre de temer. Un hombre irascible pero que alguna vez puede sorprender rescatando a su hijo.
El padre nos recuerda que la madre también es una mujer que, casualmente, es o ha sido alguna vez la suya. Eso inicia un orden en la familia. Así sea un padre que la ame o uno que nunca haya sido capaz de hacerlo, fue ella quien lo habilitó y lo puso en escena. Algo para recordar cuando la escena cambia.
Un padre puede ser el modelo de quien la hija toma algún rasgo para después poder enamorarse de ese rasgo en otro hombre.
Es a quien un hijo puede recurrir aunque a veces le resulte tan humillante que considera que esa es la última de las opciones.
Un padre, si se excede en ser padre, termina siendo persecutorio y pide desesperadamente que le mientan. También puede ser el gran ausente y así sellar su manera brutal de estar presente.
Hay padres que intentan reivindicarse a través de sus hijos y, como si esto fuera poco, esperan que sus hijos luego los reivindiquen a ellos.
El propio padre es una comparación frecuente cuando nos convertimos en padres. Eso empieza cuando sin darnos cuenta le repetimos a otro la frase que él alguna vez nos dijo.
El padre es un punto de apoyo, el tope que en el momento menos pensado nos ayuda a decir basta. Ser padre es una manera de poner límites, algo que sólo pueden hacer los hombres que los tienen.
A los padres se les puede confeccionar una lista de responsabilidades pero hay que anotarles al menos un derecho, el de ser queridos.
Un padre puede ser muchas cosas diferentes pero, entre nosotros, es una figura capital, para imitar o para cuidarse de imitar. Una referencia.
Es fácil idealizar al padre, también enojarse con él y hasta perdonarlo. Esto último ocurre cuando estamos en condiciones de darnos cuenta de cuánto se parece a un ser humano.
“La mujer de mi vida”
Revista de literatura, arte y psicoanálisis
www.lamujerdemivida.com.ar
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